viernes, 21 de marzo de 2014

La Intencionalidad de La Palabra. Esperanza, Vela.

La influencia del medio social en el que vivimos día a día y la gran cantidad de información que recibimos casi de manera inminente y casi sin ser conscientes de ello, hace que vivamos mas estresados y excitados de la tasa normal con la deberiamos estar viviendo. Para poder sentir con mas sencillez las cosas que van sucediencose en nuestro entorno como asi los fenómenos que se dan en nuestra conciencia, debemos tener plenitud mental. Postulo por una salud mental controlada principalmente por esa capacidad para poder dejarnos o no estimular de una manera saludable por esa cantidad de ideas, emociones y cosas que debemos o no hacer. La gran parte del entorno social vive deprimido en esa premisa de lo inmediato; yo creo que otra forma de  perspectiva es posible. Un medio que para llevar a cabo y poder transferir de manera eficiente todo lo que nos va sumergiendo en la complejidad de multiples realidades, solo es posible con un estado de atención plena y consciente. La cual pueda administrar y ordenar de manera crónica formas que de inmediato no son asimilables por nuestras mentes.

Sabemos de antemano que para lograr un modelo de quietud y plenitud mental con el que poder responder mejor al medio uno debe estar despierto.Es fundamental. A partir de ahi conoceremos cuestiones que nos atañen con mas rápidez  y de una forma mas positiva y menos reactiva.Seremos mas conscientes principalmente de lo que hablamos y decimos; antes de hablar, pensaremos más esas palabritas que sin querer muestran el principio de lo que pensamos y  que deseamos. ¿Por qué no poder ver mas allá y verificar con hechos lo que estoy hablando realmente? Lo que se dice la mayor parte de las veces muestra una inmadurez y la certeza de nuestra palabra. ¿Estamos realmente conectados a nuestro sentir? ¿ O nos dejamos llevar por  impulsos absurdos e irracionales? La intencionalidad de los hechos viene demostrando que no es tanto lo que decimos si no como lo decimos. Como articulamos ese decir, esa palabra, esa Hipérbole, esa Onomatopeya construida por el momento y la circunstancia. El lenguaje y sus formas, el verbo, la palabra y despues la frase forman un todo continuo y no distante de cada acto o relacion que conformemos. Lo dicho y lo hecho alcanzan cotas que casi ni se tocan en lo real. Creo que se puede llevar una relación en sintonía con este primer hecho en el cual todo lo que uno pueda llegar a imaginarse así como el sentimiento que casi nos parecería como una abstranción, pudiera ser descrito y mas sentido aun dándole un nombre, un apodo, una frase. El testamento del saber hablar; despues vendria el saber escuchar. Estoy convencida de que sabiendo hablar con claridad y decisión sobre lo que realmente podemos contar en un preciso momento con autoridad desde lo profundo, nos podrá conceder  mayor estabilidad a la hora de escuchar algo tambien sentido y vivido.

La intencionalidad de la palabra. Esperanza, Vela.

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